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Midas, Del patrón oro al capitalismo financiero

Midas

En este capítulo el autor muestra la evolución de la economía hacia el capitalismo financiero y su consecuencia, el monopolio del capital. El autor preconiza las bondades del patrón oro como freno a esta situación.

####Hacia el monopolio del capital Karl Marx advirtió que el desarrollo del sistema capitalista conduce a la concentración de la riqueza en las manos de unos pocos. EE.UU. nunca pudo evitar la concentración de capital en pocas manos pese a algunos intentos de sus congresistas por evitar el monopolio del capital

Ya Thomas Jefferson advirtió sobre la amenaza a la libertad que representaban las instituciones bancarias

Pienso que las instituciones bancarias son más peligrosas para nuestras libertades que ejércitos enteros listos para el combate. Si el pueblo americano permite un día que los bancos privados controlen su moneda, los bancos y todas las instituciones que florecen en torno a los bancos privará a la gente de toda posesión. Primero por la inflación y después por la recesión, hasta el día en que sus hijos se despertarán sin casa y sin techo sobre la tierra que sus padres conquistaron…

Unos años después de la Guerra de Secesión, comenzaron a darse los primeros síntomas de concentración de capital. En 1887 la Ley de Comercio Interestatal intentó evitar que el poder financiero monopolizara las vías férreas para controlar los mercados. En 1890 se tuvo que promulgar la Ley Antimonopolio Sherman con la intención de restringir la concentración de empresas en trusts o fideicomisos, que intentaban controlar los mercados. Su causa fue la aparición de empresas fiduciarias o trusts poco reguladas que competían con la banca tradicional para captar el ahorro de los ciudadanos y que servían como depositarios de acciones, bonos y títulos. Podían mantener una amplia variedad de activos y no tenían exigencias tan estrictas de mantener reservas de los depósitos. Esto provocaba que obtuvieran mayor rendimiento de sus activos y, por tanto, podían pagar tasas de interés más altas a sus depósitos. Como consecuencia atraían más dinero y los activos de estas empresas crecieron rápidamente. Tanto que en 1907 los activos de todos los trusts de Nueva York igualaban a los activos de todos los bancos. Los bancos reaccionaron haciendo la competencia y creando sus propios trusts. Todo ello desencadenó el pánico financiero de 1907

Todo ello hizo quebrar a la competencia o, en última instancia su absorción. El Comité Pujo identificó la nueva concentración de riqueza que se había bautizado por Money Trust. El senador Louis Brandeis opinaba

Los banqueros de inversiones son el elemento dominante de la oligarquía financiera. Sus herramientas son los bancos asociados, compañías financieras y compañías de seguros. Las compañías ferroviarias, las de servicios públicos y las compañías industriales eran sus súbditos. Su poder provenía del manejo de los ahorros y de la liquidez de terceros.

Esta situación fue especialmente perjudicial para la economía, ya que excluía la competencia en su propio ámbito y, además, ejercía influencia decisiva en la ordenación de los demás sectores económicos. En 1913 las conclusiones del comité indicaban que las prácticas irregulares de los principales bancos de Nueva York, se consideraban restrictivas para el comercio. Se había establecido un monopolio ilegal habiendo una empresa que controlaba el mercado de un producto o servicio y que se había obtenido ese poder, no porque su producto o servicio fuera superior a otros, sino por suprimir la competencia por medio de una conducta anticompetitiva. Había habido acuerdos de estrangulación del mercado que nada tenían que ver con la eficiencia. Como consecuencia la Ley Antimonopolio de Clayton de 1914 amplió la ley Sherman ante el incremento de las demandas ante monopolios ilegales. Permitía solicitar a las empresas daños y perjuicios cuando habían sido perjudicadas por una conducta monopolística. Irónicamente, a raíz de las conclusiones del comité, el presidente Woodrow Wilson decidió establecer la Reserva Federal. Y desde entonces la concentración económica se cimentó definitivamente. Apenas unos años después se produjo la Gran Depresión ante el continuo abuso y dominio de la banca. Esta vez se estableció la Comisión Pecora (1932-1934), Entre sus conclusiones se determinó que la financiación de las corporaciones industriales y de servicios públicos se encontraban concentradas en un pequeño grupo de entidades bancarias de inversión junto a las filiales de los propios bancos comerciales. El congreso respondió con una serie de leyes como la Ley Glass-Steagall para separar la banca de inversión de la banca comercial. Se prohibió a los bancos de inversión aceptar depósitos de ahorro. Se aprobó la Ley Federal de Seguro de Depósitos por la que el gobierno garantizaba los depósitos en los bancos con cierto límite.

En 1934 el presidente de EE.UU. Franklin Delano Roosevelt prohibía el tener monedas de oro, lingotes de oro y certificados de oro dentro de los EE.UU. continentales, bajo pena de 10.000 dólares de multa o diez años de prisión o ambos. Desde esa fecha hasta 1974, la tenencia privada de oro estuvo prohibida

En 1968 el subcomité de Banca del Congreso de los Estados Unidos, denunció a los fondos de inversión de Wall Street, que al igual que el Money Trust, ejercían su dominio sobre los sectores del mercado a través del control de los consejos de administración de los principales grupos empresariales por medio de sus votos. Todo ello provoca un comportamiento anticompetitivo con un poder económico que se iba acumulando convirtiéndose en la fuerza más importante de la economía. El Congreso respondió con las enmiendas de 1970 a la Ley de Sociedades Bancarias.

Visto desde la actualidad no ha servido para nada. La diferencia es que antes a los monopolistas se les podía identificar (los robber barons). Sin embargo, hoy día la propiedad final de las acciones de los fondos actuales se encuentra dispersa entre diferentes propietarios y fundaciones controlados por un pequeño grupo cuyos datos son inaccesibles detrás de un entramado de red de propiedad corporativa.

El control no se limita al ámbito privado. Entre los empleados de los grandes fondos de inversión se encuentra funcionarios de alto nivel de la Reserva Federal, del Banco Central de Suiza y exfuncionarios del gobierno estadounidense, … Los propios empleados de los fondos son contratados por las administraciones para asesorar a los gobiernos e instituciones públicas.

El autor cree que el continuo aumento de la emisión de billetes realizada por los organismos correspondientes, especialmente en épocas de crisis, conduce a innovar con productos financieros que atraigan esa masa monetaria. Como consecuencia, la economía financiera crece continuamente hasta el punto de abrumar a la economía real, convirtiendo los rendimientos productivos en insignificantes en comparación con el volumen de negocio de los productos financieros. Esta situación, tarde o temprano, acaba en un desplome y cuanto más tiempo pasa más estrepitosa es la caída. Esta caída produce que se tengan que emitir nuevos billetes para que gran parte de la economía financiera creada fuera real. Esto provoca un empobrecimiento de todos. Esto es lo que pasó en la crisis de 2008.

Poco a poco el dólar americano se convirtió en el patrón del comercio mundial y en 1971, Richard Nixon, desvinculó el dólar del oro y consiguió que los principales países productores de petróleo del mundo vendieran sus barriles en dólares americanos. Esto provocó que todos los países dispongan de reservas en dólares, que sin ser oro, son considerados como si lo fuera. Los dólares avalados por la deuda se ha convertido en el oro de mundo

El patrón oro

El autor considera que el oro es el refugio de los ahorradores. Su valor intrínseco, su divisibilidad y su escasez lo hace el mejor garante del valor del dinero y, por tanto, de su derecho de propiedad. Considera que es la única forma de evitar la inflación. El que el oro respalde el billete, hace que el banco que incurre en mala práctica de aprobar pagos insolventes, reduce automáticamente la emisión de nuevos préstamos, y de los nuevos, exigirá mayores intereses. El oro le obligará a ello, so pena de ser insolvente. De esta forma, en épocas de depresión el oro limitará el crédito y obligará a una mayor rentabilidad del negocio del préstamo. De esta forma el oro protege la estabilidad y el crecimiento equilibrado de la economía. Las expansiones de crédito se producirán hasta el límite de las reservas de oro, provocando que la economía se enfríe por un periodo de tiempo. De esta forma se equilibra continuamente la oferta y la demanda del mercado y acortando los periodos de la inflación de precios. Por otro lado, debido a que el aumento de la productividad es superior a la cantidad de oro que se extrae, se produciría una revalorización continua del dinero

El patrón oro se abandonó porque frena el gasto de los gobiernos evitando el déficit. Con el patrón oro los billetes son avalados con oro. Con el billete fiduciario el valor del billete es avalado por la confianza en la autoridad del Estado que lo emite, es decir, deuda avalada por los futuros ingresos fiscales. Las reservas de los bancos realmente es deuda. Con esas reservas se autoriza a los bancos a emitir préstamos a terceros

El mecanismo por el que los gobiernos confiscan la riqueza para financiar el déficit de sus políticas con deuda, son los impuestos y la inflación. Es habitual que en momentos de crisis la emisión de billetes fiduciarios se puede disparar, siendo la causa de todas las inflaciones.

Por tanto, con el dinero fiduciario los titulares no tienen correspondencia con un activo real. Hay más billetes que activos reales. Esta deriva de crecimiento en la oferta monetaria superior a la oferta de activos tangibles hace que los precios aumenten continuamente y, por tanto, los ahorros van perdiendo su valor en términos reales.

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