Midas, Cómo la élite financiera gobierna el mundo
El miedo como justificación de la deuda pública
En este artículo el autor relata cómo las élites financieras están consiguiendo dominar la política de los distintos gobiernos mundiales para así controlar el destino de los pueblos para establecer un mercado cartelizado y regulado por ellos.
El CFR (ya comentado en capítulo del libro es una agencia privada de los que dominan la FED, financiada mediante fundaciones libres de impuestos, es la que crea y canaliza las políticas de la élite financiera. Muchos de sus miembros están vinculados al Departamento de Estado y del Tesoro, que a su vez son fideicomisarios de fundaciones que toman decisiones en diferentes departamentos del gobierno americano. También son designados como expertos en diferentes ministerios del gobierno. En definitiva la oligarquía de poder se encuentra en distintas organizaciones creadoras de políticas y grandes fundaciones.
Tradicionalmente esa oligarquía ha usado el miedo como estrategia para el aumento de la deuda pública y potenciar la toma de decisiones desde organizaciones internacionales que controlan.
Tradicionalmente las guerras aumentan la deuda. En 1945, la deuda pública alcanzó el 113% de su PIB. La situación después de la Segunda Guerra Mundial fue aprovechada para intervenir en distintos ámbitos de la sociedad creando agencias con las que desarrollar la políticas que les eran más interesantes (Ej. Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Organización Mundial de Comercio, Naciones Unidas). En un ambiente sin guerras se han ido creando nuevos motivos para ir aumentando la deuda y seguir creando agencias con poder de decisión: La Guerra Fría, el cambio climático, el pánico al terrorismo y las amenazas a guerras locales. En el segundo trimestre de 2020 en Estados Unidos se llegó al 134,84% del PIB de deuda. Esta situación promocionada supone el sometimiento de las naciones por medio de la deuda pública y de los impuestos que lo avalan
Además, el terrorismo de septiembre se aprovechó para que el gobierno de los Estados Unidos:
- Se arrogara el derecho a actuar en cualquier lugar del planeta sin un requerimiento judicial
- Mediante la Ley Patriota, se autorizó a la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) para espiar a gran escala sin órdenes judiciales. Esto tuvo repercusión en varios países y la distintas Agencias de Inteligencia pudieron controlar todas las llamadas telefónicas, correos electrónicos, información sobre transacciones financieras y registros de navegación por Internet. Además podían compartir la información entre ellas. Se estableció un programa de vigilancia que permitió controlar y almacenar todas la comunicaciones electrónicos
Desde las organizaciones internacionales el CFR teje su influencias. Por ejemplo, desde la ONU se apoyó a los movimientos sociales fuera del alcance de los gobiernos, y para ello se promovió la formación de Organizaciones no gubernamentales (ONG) que permitieran influir en los gobiernos. Hoy día se estima que hay 10 millones de ONG en todo el mundo sustentadas por los presupuestos de los gobiernos y dirigidas por las fundaciones libres de impuestos. En Estados Unidos una de cada diez personas trabaja para ellas y su fuerza laboral es la tercera más grande, detrás del comercio minorista y la industria. De esta forma los gobiernos nacionales están perdiendo autonomía en una economía globalizada, sino que están compartiendo poderes políticos, sociales y de seguridad con organizaciones internacionales y con una multitud de grupos de ciudadanos que son capaces de impulsar políticas. Las ONG se nutren especialmente de la juventud mediante causas loables que esconden los verdaderos motivos no tan loables, como son el aumento de la deuda y la inflación crónica. La élite financiera los financia y manipula para sus propios fines.
El próximo paso consistirá en una federación mundial que reemplazará a las Naciones Unidas. Tendrá mayores competencias y desafiará el derecho soberano de las naciones que pretendan actuar de forma autónoma.
Todo esto nos está llevando a mercados cartelizados y regulados por las élites financieras donde los gobiernos se encuentran debilitados por el peso de su deuda y, por tanto, dependientes del sistema financiero internacional