Midas, reserva_fraccionaria e inflación
La legitimación del mayor hurto de la historia de la humanidad
En este capítulo el autor profundiza en el concepto de reserva fraccionaria y la consecuencia del mismo: crear dinero de la nada. Además, analiza las acciones que deberían tomarse para evitar tener inflación estructural generada por parte del estado.
La reserva fraccionaria, también llamada coeficiente de caja está permitida en todos los países y permite a los bancos prestar nuestro dinero manteniendo solo un porcentaje, actualmente mínimo, sin nuestro consentimiento y cobrar él mismo los intereses ganados con nuestro depósito. El que realiza un depósito se convierte en un prestamista pasivo en el que el banco, a cambio de realizar la custodia de nuestro dinero, realiza préstamos cobrando un interés en su propio beneficio. Como al banco solo se le obliga a mantener en caja un porcentaje, por ejemplo en la UE un 1%, ese 99% prestado puede volver al propio banco volviendo a ser prestado sucesivamente cargando en cada préstamo un interés en su propio beneficio. Por tanto el banco puede llegar a convertir 100 euros reales en 5050 (suma de sucesión aritmética). En el banco solo habrá 100 euros, el resto serán anotaciones en su pasivo. Si los depositantes decidieran reclamar sus ahorros el banco solo podrá pagárselo al primero que lo pida. Por eso se dice que la reserva fraccionaria permite crear dinero de la nada y cobrar intereses por ello.
En los momentos de crisis bancaria, cuando los acreedores dejan de pagar sus préstamos, los bancos ya no podrán pagarle a sus depositantes y el esquema queda al descubierto. Esto es lo que sucedió en 2008. El impago de las hipotecas subprime hizo que los bancos no pudieran atender sus obligaciones y el sistema cayó. Por eso el dinero lo tuvieron que poner los emisores de moneda (FED y BCE) dando órdenes de imprimir billetes por millones de dólares. Esto está una inflación estructural. Mientras la inflación dure los banco mantendrán los intereses altos, no para frenar la inflación, sino para no perder su poder adquisitivo.
Para evitar la inflación estructural el autor sugiere:
- Prohibir la deuda soberana. El déficit de los gobiernos obligando a los estados a cancelar sus presupuestos únicamente con el dinero recaudado de los impuestos, nunca con deuda, salvo situaciones excepcionales.
- Prohibir la reserva bancaria fraccionaria sobre los pasivos bancarios no remunerados. Que los bancos no presten a terceros el dinero que no es de su propiedad ya que no remuneran a sus clientes por él. A finales de 2010 dos parlamentarios británicos intentaron que los depositantes pudieran decidir si se debe prestar su dinero y durante cuanto tiempo. En la propuesta, a costa de no recibir intereses y pagar una cantidad por su custodia, el dinero se encontraría a salvo de crisis financieras, inmediatamente disponible. La propuesta nunca se aprobó.