Midas, Titulización hipotecas como origen de la crisis financiera de 2007
Sin nuestros impuestos no habría nada
En este capítulo el autor explica que el origen de la crisis de 2007 fue la titularización de hipotecas subprime y la posterior comercialización de derivados para poder comercializarlas. Para rellenar estas anotaciones no solo me he basado en el contenido del capítulo sino también en el contenido de parte de la introducción que hace referencia estos temas. El autor resalta los siguientes hitos importantes del proceso:
El gobierno de Richard Nixon autoriza que se puedan titularizar los prestamos hipotecarios. Es decir, los bancos pueden convertir deuda hipotecaria dividiéndolos en paquetes más pequeños que pueden venderlos como bonos de deuda respaldados por hipotecas que producían un flujo constante de intereses a lo largo de la vida del bono. Estos bonos, llamados Mortgage-Backed Securities (MBS) tienen un interés más alto que los bonos de deuda pública por lo que fueron un producto atractivo que atrajo grandes sumas de capital donde invertir con poco riesgo ya que estaba avalado por préstamos hipotecarios con historial de impago muy bajo (hipotecas de bajo riesgo o prime). Así nació el mercado secundario de hipotecas. Esto animaba el mercado hipotecario y, por tanto,a la construcción de viviendas.
Bajo la administración de Jimmy Carter se intenta acceder al mercado hipotecario de rentas más bajas convenciendo al presidente para que los presupuestos del Estado incluyeran el subsidio de pago inicial de la hipoteca. Sin embargo la partida presupuestaria no fue suficiente y su impacto fue muy limitado.
En la campaña de Bill Clinton la propiedad de la vivienda de las familias con los menores ingresos se convierten en los protagonistas. El programa proponía eliminar la obligación del desembolso previo a la obtención del préstamo y 8 millones de viviendas para las familias de ingresos bajos (hipotecas subprime). Republicanos y demócratas lo aprueban en el congreso y su sucesor George W. Bush continúa con la misma iniciativa (Blue print for the American Dream). Estas hipotecas subprime también se titularizan pero con intereses más altos para compensar su mayor riesgo. Estos intereses más altos también se repercuten en el mayor interés de los bonos. Sin embargo, esto no es suficientemente atractivo y los financieros deciden crear un derivado que garantizaba el pago de los préstamos subprime y por tanto el cobro de los bonos de deuda subprime. Lo llamaron Collateral Debt Obligation (Obligaciones de deuda con garantías o CDO) y se colocaron rápidamente. El valor de estos derivados deriva del valor de los bonos de hipoteca subprime. Funcionan como un seguro que cubriera el posible impago de las hipotecas de alto riesgo. Esto ayudó a vender los bonos de deuda subprime. Mientras los precios de la vivienda sube, los CDO prácticamente no tenían ningún riesgo porque los prestatarios siempre podían refinanciar sus hipotecas al aumentar el valor de la vivienda, por lo que el propio CDO también acababa revalorizándose. Se buscaba a toda costa la forma de conceder préstamos de alto riesgo que generaban más derivados de deuda garantizada. Como consecuencia las exigencias a los que suscribían las hipotecas prácticamente desaparecieron. Así y todo no se generaban suficientes hipotecas y se crearon otros derivados de deuda que garantizaban otros impagos como los de las tarjetas de crédito, préstamos de vehículos etc. También algunos bancos como Bear Stearns crearon modelos en los que se mezclaban diferentes calidades de deuda como prime, subprime o incluso tarjetas de crédito. De esta forma conseguían una calidad teórica mejor y los hacían más atractivos. Algunos bancos detectaron que las hipotecas que se estaban titularizando dejarían de pagarse por la baja solvencia de los prestatarios. Por eso crearon un nuevo derivado para protegerse de la más que probable cancelación de los CDO. Lo llamaron Credit Default Swaps (Permutas por incumplimiento crediticios o CDS). Los CDS funcionaban como seguros que se pagaban para cubrirse cuando se compraba un bono de deuda. También fueron más allá y crearon los CDS desnudos o naked. En este se apostaba sobre el impago sin ser titular del mismo. Es como pagar un seguro de incendio de la casa de tu vecino, si se incendia cobras. En 2008 el 80% de los CDS eran desnudos. El valor de los derivados pasó desde 919 mil millones de dólares en 2001 a 62 billones de dólares en 2007 superando el valor de todos los préstamos bancarios juntos, hipotecarios y no hipotecarios. El sistema financiero internacional estableció un esquema de deuda grandioso y generalizado.
En 2007 el precio de las casas se desplomó. El valor de las casas era superior al de la hipoteca. Como consecuencia se dejaron de atender numerosas cuotas hipotecarios y los banco comenzaron a realizar desahucios. En 2007 se ejecutaron 1'5 millones de ejecuciones hipotecarias. Mientras la banca internacional de Nueva York seguía impertérrita y sus CEO's seguían cobrando sus millonarias bonificaciones. A principios de 2008 ingresaban al paro 46000 trabajadores cada mes y en el último trimestre la ratio ascendió a 651.000 mensuales. A finales de 2009 15 millones de personas estaban en el paro.
Como consecuencia los bancos de Nueva York tuvieron que hacer frente a los derivados que garantizaban el impago de las hipotecas. Todos ellos admitieron pérdidas por miles de millones de dólares. Los bancos de Nueva York, a través de su Reserva Federal, lo repusieron con billetes físicos.
El 16 de septiembre de 2008, la mayor aseguradora del mundo AIG, que había asegurado el posible impago de los derivados consiguiendo así una calificación de triple A y que por tanto había sido muy atractiva para los inversores, se encontraba en bancarrota. La FED salió a su rescato extendiendo un cheque por 85 mil millones de dólares a cambio del 80% de sus acciones con la condición de que AIG hiciera efectivo su seguro pagando a los bancos de Nueva York los derivados que aseguró y por su valor del mercado antes de la crisis. El cheque se quedó corto y meses más tarde aumentó el rescate a 150 mil millones de dólares. De esta forma los impuestos de los contribuyentes salvaron de la bancarrota a través de la emisión de billetes. En 2012 el gobierno devolvió su participación en AIG al sistema financiero internacional. Hubo congresista que hicieron iniciativas para regular los derivados financieros, sin embargo fueron rechazadas en el congreso.
En total la FED emitió 16 billones de dólares nuevos. Esta crisis también contagió a otros países, en concreto a los bancos de la zona euro, que vendieron hipotecas subprime con sus derivados, obligando a su banco central también a la emisión de nuevos euros.