Morozov, socialdemocracia y poscapitalismo,
¿Anuncia el reinado de Silicon Valley el final de la socialdemocracia?
Autor: Evgeny Morozov
Publicación: Originalmente en The Guardian el 20 de septiembre de 2015. Traducción al español incluida en el libro "Capitalismo Big Tech ¿Welfare o neofeudalismo digital?" Evgeny Morozov. Ed. ENCLAVE DE LIBROS 2018
En este artículo Morozov analiza el nuevo orden económico que pueden introducir el neoliberalismo y las empresas de las nuevas tecnologías
Muchos autores como Paul Mason, Daniel Bell o Peter Drucker abogan en que nuestra sociedad está evolucionando hacia una sociedad digital y reticular (estructurada en forma de red con relaciones, interacciones e interdependencias entre las personas, instituciones y tecnologías organizadas de manera descentralizada y conectada).
Morozov, indica que lo que de verdad se está quedando obsoleto es la socialdemocracia y que quizá el nuevo orden es una vuelta a precapitalismo.
La esencia de la socialdemocracia consistía en que el poder económico y el poder político llegaba a acuerdos beneficiosos para ambos (compromiso socialdemócrata) de tal forma que los gobiernos no cuestionaban la primacía del mercado como vehículo principal del desarrollo económico, mientras que las empresas se sometía a una vigilancia normativa. De esta forma se producía cierto moderado optimismo respecto a un progreso omnipresente y eterno donde las economías crecían, los trabajadores estaban bien protegidos y gozaban de excelentes beneficios y los consumidores podían estar seguros de que sus derechos no sería violados por las marcas que compraban.
Los fundamentos de la socialdemocracia eran los siguientes:
- Se presuponía que las economías crecerían de manera casi indefinida, lo que permitiría que el Estado se hiciera cargo de la cuenta de las generosas transferencias del estado del bienestar.
- Asegurar la dignidad del trabajo suponía intervenciones tácticas puntuales del Estado en industrias y sectores específicos; sin embargo aquellos que fueron privatizados, liberalizados o nunca debidamente regulados dejaron a los gobiernos poco espacio de maniobra.
- El espíritu de la socialdemocracia imponía que los ciudadanos apreciasen valores elevados como la solidaridad y la justicia, una actitud que también fue codificada en regulaciones específicas.
Incluso los cimientos de la socialdemocracia se están desmoronando:
- Pocos sistemas de salud van a sobrevivir, ya que los retos que plantean el envejecimiento, la obesidad y los presupuestos cada vez más reducidos permiten abordar estos problemas.
- La idea de la protección del consumidor está siendo abolida por el propio mercado digital. En la medida en que la publicidad y la recopilación de datos van asumiendo papeles cada vez más prominentes en la economía digital, nos enfrentamos a precios personalizados calculados algorítmicamente para hacernos pagar el precio más alto que estemos dispuestos a pagar. Por otro lado no tenemos ni idea de por qué estamos pagando lo que estamos pagando por los productos que nos han impulsado a comprar de manera subliminal.
- Las empresas tecnológicas no reconocen el hecho de que las normas y regulaciones de la flexibilidad del mercado puedan ser establecidas por gobiernos y corporaciones municipales. Apuestan por lo contrario: la única limitación adecuada a los excesos del mercado la da el propio mercado. Por ejemplo, en Uber los conductores deben castigar a conductores ineficientes o en Airbnb a huéspedes poco formales. Los gobiernos deben permanecer al margen
Como ejemplo pone el funcionamiento de Uber:
- Para Uber todos los pasajeros son iguales y no tiene sentido incurrir en gastos extra y por tanto nadie tiene por qué subvencionar necesidades de clientes especiales como por ejemplo discapacitados. Tampoco le importan las condiciones laborales de sus trabajadores. Uber supone que el único criterio para la satisfacción de sus clientes será el precio a pagar.
- Uber aplica prácticas laborales draconianas para sus conductores:
- Son controlados de forma estricta
- Son presionados agresivamente para, por ejemplo, mantener altas valoraciones o el nivel de aprobación de su conducción.
- No son formalmente contratados
- Flexibilidad laboral
En un marco de precariedad general de la población activa con mucha gente sin trabajo y luchando por sobrevivir, Uber se asegura que siempre habrá alguien en algún lugar dispuesto a conducir para ellos, aunque solo sean unas pocas horas.