Midas, Uso de las fundaciones para evadir impuestos y dirigir economía
las fundaciones como coartada de la evasión fiscal
En este capítulo el autor muestra a la fundaciones como la herramienta que usan las élites financiera para, por un lado, evadir impuestos, y por otro lado, ser correa de transmisión de sus ideas e intereses.
Las fundaciones tienen privilegios para el pago de impuestos. Comparándolo con una organización mercantil, tenemos lo siguiente (ley 11/2020):
- Los dividendos que una organización mercantil ingresa por participaciones en terceros, se encuentran exentos de impuestos siempre que su inversión, directa o indirecta, en esa empresa sea de al menos un 5%. Cuando la participación es inferior, tanto las personas físicas como las jurídicas deben pagar los impuestos correspondientes al rendimiento del capital.
- Las fundaciones privadas tienen el derecho a la exención de impuestos por los dividendos que perciben de otras empresas (en Estados Unidos 1,39% sobre sus ingresos netos de inversión). Ese derecho legal no es únicamente porque realizan una actividad caritativa per sé, aunque pueden hacerlo, sino porque apoya a los programas de otras organizaciones sin ánimo de lucro, como las ONG. Para reconocer ese mecenazgo los gobiernos exigen a las fundaciones privadas aportar al menos una cantidad mínima a esos programas. Por ejemplo
- En Estados Unidos se requiere que la fundación haga pagos anuales a ciertas organizaciones que figuran en un listado determinado de un mínimo del 5% de sus rentas anuales
- En España, incluso si la actividad no es la propia (ajena a la finalidad estatutaria de la fundación), si incurre en una explotación económica, el tipo impositivo será del 10% (la mitad de las sociedades mercantiles). Hay una sola excepción a ese privilegio y sería en el caso de que la fundación privada hubiera adquirido sus participaciones mediante deuda.
Por este privilegio impositivo, las fundaciones, una organización sin ánimo de lucro, se convirtieron desde el principio en una buena cobertura para legitimar a las grandes fortunas evadir impuestos, al tiempo que podían mantener su influencia. En Estados Unidos, en un principio las organizaciones que daban derecho a las deducciones eran del ámbito de la educación (ej universidades,) y de la salud (ej. ciertas investigaciones en hospitales) que tuvieran una imagen ejemplar. En 1952 el Congreso de los Estados Unidos creó una comisión de investigación para averiguar las actuaciones de las fundaciones (el Comité Cox y posteriormente Comité Reece). Estas comisiones desvelaron que las fundaciones se dedicaban a la reescritura de las historia de Estados Unidos. El comité denunció que las fundaciones pretendía manipular a la población mediante el control de la educación y producir el deterioro de las técnicas de enseñanza. Todo este había producido que la ciudadanía no se quejara frente a los cambios que se fueron introduciendo las élites financieras.
Hoy en día las fundaciones tienen sumas enormes de dinero en fondos pasivos, en especial en la principales bolsas. Los mayores paquetes accionariales de las principales compañías del mundo por facturación se encuentran en los fondos Vanguard y BlackRock, que a su vez están en manos de las mayores fundaciones privadas. Esas fundaciones que se encuentran entre las Doce instituciones financieras que controlan la economía (nomenclatura de John C. Coates, the problem of twelve). En efecto, estas organizaciones controlan paquetes accionariales de fondos de inversión pasivos que se encuentran sindicados en diversas fundaciones, y sus propietarios lo son a su vez de numerosas fundaciones para así no levantar sospechas monopolísticas o de dominio absoluto de los mercados. Estas fundaciones inversoras controlan los consejos de administración de las empresas. Las principales fundaciones privadas del mundo se han convertido en un cártel que controlan los sectores financieros, productivos, audiovisuales y de medios de comunicación.
En definitiva las fundaciones son organizaciones muy discretas que manejan inmensas fortunas disfrazadas de obras benéficas que evaden impuestos en los países con mayor presión fiscal del mundo, al tiempo que manipulan la ideología social mayoritaria. Las prácticas subrepticias que mantienen todo este entramado fue y es coordinado por el CFR, el cual promueve políticas intervencionistas en el mercado y el crecimiento de la deuda pública y los impuestos que la avalan.